Colombianos están consternados por los hallazgos revelados por las autoridades en las últimas horas en Tuluá, Medellín, Bello y Risaralda, donde han sido encontrados 15 cuerpos en bolsas, según afirmó Patricia Amaya, portavoz internacional de ONG Human Rights International.
Uno de los casos es el registrado en una calle del corregimiento Aguaclara, zona rural del municipio de Tuluá. En donde hombres, al parecer a bordo de una motocicleta, arrojaron a la vía una bolsa de basura. Cuando los habitantes del sector decidieron verificar el contenido, hallaron la cabeza de un hombre. Las autoridades explicaron que el resto del cuerpo no ha sido hallado.
La víctima fue identificada como Santiago Ochoa, joven de 23 años que integraba el grupo de la ‘Primera Línea’ de las manifestaciones de Tuluá.
A través de redes sociales, algunas personas señalaron a miembros del Esmad como responsables del crimen.
Sin embargo, más desalentador resultaron las declaraciones de John Jairo Gómez Aguirre, alcalde de Tuluá, quien manifestó que era muy prematuro lanzar conjeturas tan grandes como las vistas en redes sociales diciendo que esto fue producto por pertenecer a la Primera Línea, pues según el alcalde, el único reporte que se tiene es el porte de sustancias alucinógenas. Es decir, desde los gobiernos locales se sigue intentando mantener el discurso de que estos crímenes sistemáticos tiene que ver con otros hechos distintos a la oleada paramilitar que desde hace unos años sacude al país y tiene a los jóvenes como sus victimas frecuentes.
El alcalde electo por el partido de la U, también afirmó, que "en Tuluá se viene operando desde hace varios años el microtráfico que es el combustible de esos hechos violentos en el Valle del Cauca”.